«Las grandes empresas que no ponen atención a cambiar se lastimaran. La web será una zona de un cambio significativo y los que no prestan atención saldrán heridos, mientras que los que lo ven lo suficientemente temprano serán recompensados.» Steve Jobs
Así, Apple ha alcanzado el sueño de cualquier compañía: poseer una marca admirada, valiosa, reconocible y, sobre todo, inimitable. Una combinación perfecta que se convierte en uno de sus mejores aliados, incluso para la cuenta de resultados. Según un análisis de Millward Brown, filial de la agencia publicitaria WPP, desde el año 2006 Apple ha aumentado su valor de marca en más de un 800%, hasta superar los 150.000 millones de dólares de valor. Sin olvidar que esta empresa, en la que el diseño es el eje vertebrador de su estrategia, hoy en día supera una valoración bursátil de 600.000 millones de dólares.
Los números hablan muchas veces por sí solos. Más de 75.000.000.000 millones de Apps descargadas. Más de 300 millones de personas visitan el App Store cada semana. Ya hay más de 1.2 millones de Apps en el App Store.
Además, en torno a la imagen de Apple se ha creado una especie de culto, casi religioso, que más que clientes, genera adeptos y preceptores. Éste es uno de los retos de cualquier organización, porque sólo de esa forma se logra otro aspecto relevante en la gestión de la marca: ser capaces de crear una necesidad de compra e incluso expectación ante propuestas que ni siquiera están en el mercado. Pero Apple también cuenta con otra baza que en tiempo de crisis es fundamental. Junto con la experiencia de consumo, proporciona una auténtica experiencia de compra, independientemente del canal de venta, ya sea en las tiendas físicas o en el medio online.
Apple no tiene que hacer marketing en medios sociales, porque sus seguidores hacen la promoción y la recomendación en su nombre.
Las trayectorias tienen su recompensa. Apple sabe ser notable, representa los sueños y los deseos de una comunidad. Sabe contar una historia convincente, haciendo protagonistas a sus clientes.
En definitiva, Apple ha sido valiente para marcar la diferencia. La mejor muestra de que lo ha conseguido con éxito es que se ha convertido en el referente al que mira gran parte de la competencia. Lo mejor de todo es que su capacidad para innovar y sorprender le permite seguir estableciendo una cómoda distancia. Potenciando su presencia, consolidando su liderazgo y mejorando su rentabilidad.
Cerca de cumplirse 3 años desde que Steve Jobs falleció uno de sus grandes legados es haber creado y construido una marca tan sólida que lo pudo trascender. No es fácil, pero para quién revolucionó seis industrias tan consolidadas como en las que Apple está presente hoy, ningún reto parecía complejo, ni siquiera éste.