«Las grandes empresas que no ponen atención a cambiar se lastimaran. La web será una zona de un cambio significativo y los que no prestan atención saldrán heridos, mientras que los que lo ven lo suficientemente temprano serán recompensados.» Steve Jobs

 Hablar de gestión de marca en tiempo de crisis es hablar de una apuesta por la visibilidad, de adoptar una actitud valiente, de ser capaz no sólo de predecir el futuro, sino de crearlo. Así lo sigue haciendo una de las marcas más representativas de nuestros tiempos, y a la vista están los resultados. Me refiero al gran gigante Apple que sigue conquistando todos los mercados, sin distinción de culturas, edades, idiomas… Un auténtico fenómeno del que quizá se pueden extraer algunas pistas sobre cómo se debe trabajar la identidad en un entorno tan convulso como el que vivimos.Ante los cambios de contexto, cambios que se serán más profundos y más veloces en el futuro, las amenazas también serán cada vez más frecuentes, así como las oportunidades. Jobs, un adelantado, un visionario, el que veía e imaginaba lo que nadie más, afirmaba: «La innovación no tiene nada que ver con la cantidad de dólares de I + D que tienes. Cuando Apple apareció con el Mac, IBM gastaba al menos 100 veces más en I + D. No se trata de dinero. Se trata de la gente que tienes, cómo son guiados, y lo mucho que consigues.»Cada uno de los empleados de Apple, desde Tim Cook a los becarios, ven en la protección y el cuidado de la marca la prioridad más importante. Un interesante ejemplo que se puede resumir en siete palabras: diseño, comunicación, emoción, experiencia, innovación, diferenciación y, sobre todo, valentía, para definir el futuro de una marca y no esperar a que sean los demás quiénes lo hagan.Porque, aunque la historia de esta compañía no es reciente, sí que está claro que ha sabido convertir la crisis en lo que todos tenemos en mente: una oportunidad. A mediados de 2007 lanzaba su iPhone y en 2010 el iPad. A contracorriente de la coyuntura económica general, su negocio no ha hecho más que crecer. Desde entonces hasta hoy, los números le dan la razón: Más de 500 millones de iPhones vendidos; como si cada ciudadano de la Unión Europea tuviera al menos uno. Más de 200 millones de iPads, o lo que equivale a llenar el Estadio Santiago Bernabéu de gente 2.340 veces y más de 100 millones de iPod touches, que vienen a representar 117.233 Airbus 380 llenos de personas. Vendidos, también, más de 800 millones de dispositivos iOS, dos veces la población de toda América del Sur.

Así, Apple ha alcanzado el sueño de cualquier compañía: poseer una marca admirada, valiosa, reconocible y, sobre todo, inimitable. Una combinación perfecta que se convierte en uno de sus mejores aliados, incluso para la cuenta de resultados. Según un análisis de Millward Brown, filial de la agencia publicitaria WPP, desde el año 2006 Apple ha aumentado su valor de marca en más de un 800%, hasta superar los 150.000 millones de dólares de valor. Sin olvidar que esta empresa, en la que el diseño es el eje vertebrador de su estrategia, hoy en día supera una valoración bursátil de 600.000 millones de dólares.

Los números hablan muchas veces por sí solos. Más de 75.000.000.000 millones de Apps descargadas. Más de 300 millones de personas visitan el App Store cada semana. Ya hay más de 1.2 millones de Apps en el App Store.

Además, en torno a la imagen de Apple se ha creado una especie de culto, casi religioso, que más que clientes, genera adeptos y preceptores. Éste es uno de los retos de cualquier organización, porque sólo de esa forma se logra otro aspecto relevante en la gestión de la marca: ser capaces de crear una necesidad de compra e incluso expectación ante propuestas que ni siquiera están en el mercado. Pero Apple también cuenta con otra baza que en tiempo de crisis es fundamental. Junto con la experiencia de consumo, proporciona una auténtica experiencia de compra, independientemente del canal de venta, ya sea en las tiendas físicas o en el medio online.

Una marca en el universo.
La capacidad de Apple para sorprender parece ilimitada. Convierte el acto de compra en una experiencia sensorial, casi espiritual. Crea adeptos. Apple es el mejor ejemplo de que diseño y negocio pueden (y deben) ser aliados perfectos para alcanzar el éxito.Apple se ha convertido en un gigante gracias a una estrategia que combina novedad, diseño y conexión con el cliente. Precisamente, este último punto es el que ha conseguido que la compañía haya revolucionado la vida de tanta gente y siga haciéndolo gracias a sus propuestas.La compra está motivada por condicionantes emocionales y no sólo racionales. El precio deja de ser un factor determinante. Poseer un producto Apple es una seña de identidad, de adhesión a una cultura es, incluso, una forma de ver la vida.El culto del que antes hablaba se convierte en religión. Una religión que no conoce fronteras, ni culturas. La costumbre de la recomendación llega a su máxima expresión con Apple. Los clientes son sus mejores comerciales y se sienten es una esfera especial.

Apple no tiene que hacer marketing en medios sociales, porque sus seguidores hacen la promoción y la recomendación en su nombre.

Las trayectorias tienen su recompensa. Apple sabe ser notable, representa los sueños y los deseos de una comunidad. Sabe contar una historia convincente, haciendo protagonistas a sus clientes.

En definitiva, Apple ha sido valiente para marcar la diferencia. La mejor muestra de que lo ha conseguido con éxito es que se ha convertido en el referente al que mira gran parte de la competencia. Lo mejor de todo es que su capacidad para innovar y sorprender le permite seguir estableciendo una cómoda distancia. Potenciando su presencia, consolidando su liderazgo y mejorando su rentabilidad.

Cerca de cumplirse 3 años desde que Steve Jobs falleció uno de sus grandes legados es haber creado y construido una marca tan sólida que lo pudo trascender. No es fácil, pero para quién revolucionó seis industrias tan consolidadas como en las que Apple está presente hoy, ningún reto parecía complejo, ni siquiera éste.

Andy Stalman
Fuente:  Tendencias21
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